[Esta entrada corresponde al 22/12/2007 del anterior sitio del blog]
Hace ahora un año me desperté y tenía el siguiente mensaje en la bandeja de entrada. Yo andaba con la mente en otro sitio y me costó enlazar el día 22 con los niños de San Ildefonso. Desde entonces ese mensaje me ha acompañado, y puntualmente ha venido a mi recuerdo de la forma más bella, como el niño que en el bolsillo de sus pantalones cortos guarda una concha del verano pasado y la acaricia de cuando en cuando, disimuladamente, mientras finge meter simplemente sus manos en los bolsillos en falsa actitud tímida o displicente. Esta ha sido mi concha de aquel verano:
Bandeja de entrada:
Cada año cuando cantan el gordo me entran ganas de llorar.
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