manzanas


BAJO LA SOMBRA


Cuando las luces se encendían

vio el semblante de la mujer

cuyos ojos ya percibiera

en la penumbra de la sala.

Varias personas se le acercan:

¿conocía usted la ciudad?

¿cuántos días se queda aún?

Alguien propone ir a cenar:

está cansado y se disculpa.

Y la mujer siempre mirando

sin decir nada. Ya salían

cuando se puso junto a él.

En la calle le habló muy quedo.

Se apartaban y caminaron

silenciosos bajo la sombra.


SU CASA SOSEGADA


El deseo convoca la perdición.

Eso bien lo sabía

aunque ahora tiene ganas de perderse.

Imaginaba que era la muchacha

que reía en el parque

jugando al que te pillo que te mato.

¿Había mayor modo de desvío

que incitar a un extraño

del que tan sólo el nombre conocía?

Entraron en un bar: es un momento;

y se va hacia el teléfono

en ansia y temores confundida.

Cuando volvió traía nueva luz

en el rostro. La amada

dejaba ya su casa sosegada.


Primer y segundo poemas de La noche le es propicia. José Agustín Goytisolo

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