píos deseos para la advertencia de las constelaciones en la bóveda azul






Estos días me vino a la cabeza el título de un poema de Jaime, este que abajo trascribo, pero no recordaba su contenido. Con él me ocurre que coincida o no con sus sentimientos, sus versos me recuerdan al agua cayendo; no sé qué asociación se produce pero el sonido interior de su escritura y la visión imaginaria que me produce es la de una agua clara, fresca, limpia.

Hablar de este hombre y hablar de la intertextualización es lo mismo. En casi todos sus poemas hay un rastro que seguir hacia otros autores, y como es tan interesante como laborioso no voy a ponerme aquí a tirar de esas hebras. En esta tesis hay mucho explicado de todo esto, y quien quiera y tenga tiempo se puede entretener. No deja de ser sorprendente imaginarlo llegando a su casa señorial después de trabajar en ese oficio tan pulcro que tenía, tan alejado de su otro yo, y zambullirse en sus lecturas antiguas, en sus poetas latinos o en sus admirados ingleses. O imaginar la misma escena cambiando la vuelta a casa desde el honroso trabajo por el regreso lacerante al amanecer, almidonado con humo y alcohol. Otro día lo ilustro. Hoy nos quedamos con la piedad.

[No os perdáis quién dirige la excelente tesis, la dedicatoria y los agradecimientos. No podía ser de otro manera: Bucarest años noventa, Pieralberto, luminosos cronopios, algún que otro naufragio evitado en Granada. Ay, Iona...]

PÍOS DESEOS PARA EMPEZAR EL AÑO

Pasada ya la cumbre de la vida,
justo del otro lado, yo contemplo
un paisaje no exento de belleza
en los días de sol, pero en invierno inhóspito.
Aquí sería dulce levantar la casa
que en otros climas no necesité,
aprendiendo a ser casto y a estar solo.
Un orden de vivir, es la sabiduría.
Y qué estremecimiento,
purificado, me recorrería
mientras que atiendo al mundo
de otro modo mejor, menos intenso,
y medito a las horas tranquilas de la noche,
cuando el tiempo convida a los estudios nobles,
el severo discurso de las ideologías
-o la advertencia de las constelaciones
en la bóveda azul...
Aunque el placer del pensamiento abstracto
es lo mismo que todos los placeres:
reino de juventud.

Jaime Gil de Biedma, 1968, en Poemas póstumos

Los caños están en el lavadero de La Vall de Laguar (Alicante), y los fotografié este verano.

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