gorriones en espejos convexos




Estuve viendo estas fotos de Diane Arbus hace unas semanas, en la Fundación Mapfre –hasta el 4 de enero del próximo año-. Éstas y otras más, amén de las de otros autores excepcionales de los que iré dejando reseña.

La sede Azca de la Fundación se encuentra en una especie de minicentro comercial del mismo nombre, en la zona de Nuevos Ministerios, en Madrid. Cuando fui era la hora de comer –del almuerzo, seré fino- de un día laborable y los restaurantes estaban abarrotados. Vi la exposición solo salvo al final, que apareció una pareja. El contraste resultaba turbador, pero al mismo tiempo no hacía sino magnificar y refrendar aún más lo que colgaba en aquellas paredes.

Diane se suicidó en 1971, con 48 años, atiborrándose de barbitúricos y cortándose posteriormente las venas. Atendiendo a su obra, solo a su obra, sin entrar en su biografía, no resulta extraño. Trataré en los días venideros de conectar la obra de esta artista y su visión con Valle Inclán, Velázquez, García-Álix o Robert Frank –del que ya hablé aquí-.

Por lo pronto las dos últimas instantáneas de esta serie son de Robert. Estilos distintos con técnicas diferentes nos acercan al mismo lugar: una los ponía a posar hasta arrancar de ellos su entraña más esperpéntica, desoladora, desubicada y monstruosa; con el engaño del consentimiento por parte de quien posaba se efectuaba la extirpación de la víscera y cuando aquella quería darse cuenta se había desangrado delante de un negativo. El otro, Frank, iba con su camarita recorriendo un país de arriba abajo durante un año, como el que no quiere la cosa, y en su recorrido no buscaba el efecto de la pose. Frank era un pistolero rápido, un cirujano preciso de órganos pequeños y vitales. En las fotografías que de él dejo aquí se aprecia el movimiento de su arma.

Acompaño estos dos platos con una guarnición a la altura de las circunstancias: Dino y su Gorrión.




















1 comentario:

Anónimo dijo...

Gensanta! Cómo se parece ese niño a mi hijo cuando era pequeño! Escalofrío más grande coña!