Fui a la librería a recoger un libro que tenía encargado. Pagué y ya me iba cuando me giré y me dirigí a la estantería del fondo –poesía- movido por un recuerdo, el de un amigo al teléfono unos minutos antes. Pensé: vamos a ver qué hay aquí para este hombre. Nada más llegar nos vimos. Me miró, lo miré, estuve a punto de abrirlo y me dije, no, así, sin más, vámonos juntos sabiendo sólo tu nombre: Fundido en negro. Volví a pagar y, esta vez sí, salí. Entré en un bar y me pedí un te verde doble con hielo. En la televisión retransmitían al Barca cayendo en el pabellón de la mano de Elías sin grandeza alguna. Saqué Chesterfield y empecé, cosa rara en mí, por el principio. Al poco me encontré con esto:
KOJI KABUTO SE DESPIDE DE SAYAKA YOMI ANTES DE PARTIR EN EL PLANEADOR(HAIKU)
10 010 10 1010
01001 01 01 1001
1001110 11010010
(Transcripción:Tu ojo lo dice:
Adiós es un país
siempre lluvioso.)
Y esto:
TESTAMENTO DE JEFF BUCKLEY
Un nadador divide la soledad en dos:
la primera es del agua;
la segunda, del cielo.
Jesús Jiménez Domínguez
Fundido en negro
DVD ediciones
Algunas coincidencias resultan en escalofríos o en ojos acuosos.