el tiempo y la campana

Por cerrar con una guinda el pastel del otro día, Pilar_filóloga –por diferenciar, ya que aparecen varias por aquí- me habló el otro día de un cuento de Benedetti que resume muy bien todo este asunto traductor, con su carga irónica característica incluida. Aquí lo dejo. Gracias, Pilar.

Por cierto, respecto al cuento, no le arriendo la ganancia al protagonista si le dio por traducir a Eliot…


Traducciones


Siempre le pasaba lo mismo. Cuando alguien traducía uno de sus poemas a una lengua extranjera (al menos, de las que él conocía), sus propios versos le sonaban mejor que en el original. Por eso no le sorprendió que la versión francesa de su poema “El tiempo y la campana” le pareciera estupenda, grácil, sustanciosa.

Dos años más tarde, un traductor italiano, que no sabía español, tradujo aquella versión francesa, y aunque él nunca había sido partidario de las versiones indirectas (no olvidaba, sin embargo, que muchos años atrás había conocido a través de ellas a Tolstoi, Dostoievski y también a Confucio), disfrutó grandemente de su poema “in italico modo”.

Transcurrieron otros tres años y un traductor inglés, que, como la mayoría de los traductores ingleses, no sabía español, se basó en la versión italiana, basada a su vez en la versión francesa. Pese a tan lejano origen, fue la que mayor placer le produjo al primigenio autor hispanoparlante. Sólo le asombró un poco (en realidad, lo atribuyó a una errata de tantas) que esta nueva versión indirecta se titulara “Burnt Norton” y que el nombre del presunto autor fuera un tal T. S. Eliot. Sin embargo, le gustó tanto que decidió encargarse personalmente de traducirla al español.


2 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

El amigo Umberto Eco ha escrito un ensayo al respecto. "Decir casi lo mismo. La traducción como experiencia"

http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=2853

https://www.laislalibros.com/libros/DECIR-CASI-LO-MISMO/L1542000268/978-84-264-1575-2

A mandar

Irène dijo...

No conocía este cuento de Benedetti con tanto que le leo - es que afortunadamente tiene tanto. Me ha encantado.

Vaya! De esta forma, desde luego que vale la pena un Lost In Traslation (o los que hagan falta!).

Es muy recomendable por el todo "¡Tierra, tierra!" de Sandor Marai, pero destaco ahora su magnífica exposición de la necesidad de la traducción para el autor húngaro por su infinito amor a su propia lengua para así fortalecerla.