festejando cumpleaños





Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.

Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.


Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.

Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridísimo Juan:
Éstas, mis lágrimas de ahora, estas calientes agujas, estos hilos que se abrochan a mi boca. Esta alegría, este dolor, esta gana, el teclado respetando apenas el silencio para que te pueda hablar y tu puedas oirme. Toda esta arena que empaña los cristales de mis gafas, estas mis lágrimas...
Gracias

afuncional dijo...

Un placer, ya lo sabes.
beso

RUTH BAÑÓN dijo...

http://saraba.blogspot.com/2006/08/ojos-de-lluvia-llorar-lgrima-viva.html