
Esta foto es la portada de un libro. Un libro de esos que extravías y aparecen al cabo de los años siguiendo extraños mecanismos de retorno, como palomas mensajeras.
Este fotógrafo es un tipo raro. Para empezar es gallego y también poeta. Mal empezamos. O bien, porque con esa dupla la rareza se contempla ya como ineludible. Alguna de sus obras se encuentran aquí. Otras, mucho más inquietantes si cabe, andan por aquí. Fue Premio Nacional de Fotografía hace tres años.
El libro paloma mensajera es de poesía de Manuel Rivas: El pueblo de la noche y Mohicania revisitada. Otro que tal.
Blues
Sólo la noche es el paraíso: duermen los hombres.
Los sueños abren las ventanas
y se lamen las heridas en las playas y en las orillas de los ríos.
Los sueños cantan con la garganta helada.
Como esclavos, hacen sonar los tambores.
La negra tierra
De hablar, hablaré con la tierra.
La tierra verdadera,
la negra tierra
en donde prende la raíz.
La tierra que se pisa.
La tierra que se quema y se clava.
Ese enorme lienzo donde el hombre dibuja su capricho.
Donde el hombre se pierde y se revuelve en sombras.
La negra tierra,
ese cuerpo de puta vieja con los dientes amarillos de tabaco,
con ojeras negras de tan azules.
De hablar, hablaré sólo con ella
y hablaré con las manos,
tiernamente con las uñas,
con la pasión de un amante,
como hablan, cuando ventan la muerte, los jabalíes heridos.
De hablar, hablaré con la tierra.
Con la tierra, con esa negra tierra
que escupe, como sangre del pecho, primaveras.
Claramente, de aquí a Eliot hay un paso. Otro día. Palabras mayores.
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