Los billetes de ida y vuelta salen más baratos. En principio, sólo, porque a veces uno no vuelve y entonces malgasta el billete de vuelta. Es un placer ver a James, Carole, Paul, y constatar que su regreso es rico; su viaje fue un proceso de enriquecimiento. No siempre es así; hay quien en el viaje se deja lo que le llevaba a viajar y cuando regresa da lástima verlo; seguro que todos tenemos en mente casos. También está quien no llega a volver porque la ida ya es destino final. Eva, la más talentosa con mucha diferencia de todos los citados, sólo fue, nunca regresó y, además, a quienes la admiramos siempre nos pareció que su ida era corta. Con 33 años llegó a su destino. Pero Eva no tenía 32 ó 33 en estas grabaciones; Eva es muy mayor y tiene toda una estirpe recorriendo sus venas, sus huesos y su –y ahí duele- piel, esa que unos meses después se la llevaría adonde nace el arco iris o a los campos dorados.
i/v
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1 comentario:
Nunca he entendido ese tuteo tuyo
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