con fundido en negro


Fui a la librería a recoger un libro que tenía encargado. Pagué y ya me iba cuando me giré y me dirigí a la estantería del fondo –poesía- movido por un recuerdo, el de un amigo al teléfono unos minutos antes. Pensé: vamos a ver qué hay aquí para este hombre. Nada más llegar nos vimos. Me miró, lo miré, estuve a punto de abrirlo y me dije, no, así, sin más, vámonos juntos sabiendo sólo tu nombre: Fundido en negro. Volví a pagar y, esta vez sí, salí. Entré en un bar y me pedí un te verde doble con hielo. En la televisión retransmitían al Barca cayendo en el pabellón de la mano de Elías sin grandeza alguna. Saqué Chesterfield y empecé, cosa rara en mí, por el principio. Al poco me encontré con esto:
KOJI KABUTO SE DESPIDE DE SAYAKA YOMI ANTES DE PARTIR EN EL PLANEADOR
(HAIKU)

10 010 10 1010
01001 01 01 1001
1001110 11010010

(Transcripción:Tu ojo lo dice:
Adiós es un país
siempre lluvioso.)

Y esto:

TESTAMENTO DE JEFF BUCKLEY

Un nadador divide la soledad en dos:
la primera es del agua;
la segunda, del cielo.

Jesús Jiménez Domínguez
Fundido en negro
DVD ediciones



Algunas coincidencias resultan en escalofríos o en ojos acuosos.

1 comentario:

Caro Ceice dijo...

Regalo de invitada somnolienta. Siempre agradecido:

AUSENCIA

" Dejaré que muera en mí el deseo
de amar tus ojos dulces,
porque nada te podré dar sino la pena
de verme eternamente exhausto.
No obstante, tu presencia es algo
como la luz y la vida.
Siento que en mi gesto está tu gesto
y en mi voz tu voz.
No quiero tenerte porque en mi ser
todo estará terminado.
Sólo quiero que surjas en mí
como la fe en los desesperados,
para que yo pueda llevar una gota de rocío
en esta tierra maldita
que se quedó en mi carne
como un estigma del pasado.
Me quedaré... tu te irás,
apoyarás tu rostro en otro rostro,
tus dedos enlazarán otros dedos
y te desplegarás en la madrugada,
pero no sabrás que fui yo quien te logró,
porque yo fui el amigo más íntimo de la noche,
porque apoyé mi rostro en el rostro de la noche
y escuché tus palabras amorosas,
porque mis dedos enlazaron los dedos
en la niebla suspendidos en el espacio
y acerqué a mí la misteriosa esencia
de tu abandono desordenado.
Me quedaré solo como los veleros
en los puertos silenciosos.
Pero te poseeré más que nadie
porque podré irme
y todos los lamentos del mar,
del viento, del cielo, de las aves,
de las estrellas, serán tu voz presente,
tu voz ausente, tu voz sosegada. "

Vinicius de Moraes