caolín

Voy a convertir este cuaderno temporalmente en una discoteca –ahora se llaman listas de reproducción; nos estamos volviendo imbéciles, unos más que otros-. Los motivos no proceden; no es este el lugar para dar explicaciones de ese tipo. Como ya me he acostumbrado a esta ligera impudicia que es exponerse en la red –uno se expone aunque sea escogiendo una inocente canción-, y como uno tiene cuerpo de yonqui para según qué adictivos, no he querido cerrar el restaurante definitivamente, sino reconvertirlo.

Aquí os ofrezco unas patatas con caolín, que son uno de los entrantes cuando llegas a los jardines de Mugaritz. Buen provecho, buena vista y buen viaje.