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De la grabación de Dexter al video de Rufus parece haber ciento ochenta grados. Maravillosos ciento ochenta.

El cuarteto de Dexter es la elegancia antigua, sobria y contenida, con un escenario ad hoc que aún resalta más su soberanía. Y el cuello de la camisa es, sencillamente, perturbador.

Rufus circula por otras vías. La grandilocuencia, el rococó y la megalomanía. Pero, a diferencia de tantos otros, nada de ello en él es vacuo. Si esta canción me parece soberbia, el video no le queda a la zaga. Rojos y dorados. Rosas rojas, coronas de laurel de oro, jarrón dorado, pared desnuda. Un vestuario impecable. Una mesa, una silla, una cama. Iconografía y gestualidad religiosa. Y tres figuras de negro erotanáticas que acentúan la tragedia, griega, religiosa o pagana. Tell me. Tell me.
[Sobre el significado de la canción y la simbología del video hay cosas interesantes aquí y aquí.]

Burma viene de un homenaje a la novela negra, de algunas librerías pequeñas en general y de una en particular de Lavapiés, de los días de lluvia sin paraguas y de la dificultad para encontrar bares abiertos las tardes de los lunes.
Burma es también un tema de la BSO de la película El invierno en Lisboa, basada en el libro homónimo de Antonio Muñoz Molina, que ya apareció por aquí hace tiempo.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al leer esto veo a Hopper, Approaching a City, 1946. Gracias.

Unknown dijo...

I got a life to lead, I got a soul to feed, I got a dream to heed, and that's all I need