su canción

Él debía tener unos diecisiete y ella los mismos, mes arriba o abajo. Iban a la misma clase en el instituto. Él comenzó a descubrir los discos antiguos de Elton John en la biblioteca que había junto a la playa en la que acababan de inaugurar una fonoteca, todo un hito en aquellos mediados de los ochenta. Ella tenía el pelo rizado, negro zaino brillante, nariz prominente y ojos oscuros, grandes, bellos y dulces. Los más dulces que él había visto en su vida.

Muchos años después, cuando escucha aquel tema antiguo de Elton vuelve a recorrerle la sensación primera de la época del instituto, de todas las que lleva vividas, la más irrecuperable. Y recuerda sus ojos.

Your song

It's a little bit funny, this feeling inside.

I'm not one of those who can easily hide.

Don't have much money, but if I did,

I'd buy a big house where we both could live.

If I was a sculptor, but then again no,

Or a man who makes potions in a travelling show, Oh...

I know it's not much, but it's the best I can do,

My gift is my song, and this one's for you.

And you can tell everybody this is your song,

It might be quite simple, but now that it's done...

I hope you don't mind, I hope you don't mind...

That I put down in words...

How wonderful life is while you're in the world.

I sat on the roof and picked off the moss,

Well a few of the verses have gotten me quite cross.

But the sun's been quite bright while I wrote this song,

It's for people like you that keep it turned on.

So excuse me for forgetting the things I do,

See, I've forgotten if their green or their blue.

Anyway, the thing is... what I really mean... is...

Those are the sweetest eyes I've ever seen.

And you can tell everybody this is your song,

It might be quite simple, but now that it's done...

I hope you don't mind, I hope you don't mind...

That I put down in words...

How wonderful life is while you're in the world.

Las letras, le extrañaba por aquel entonces, eran en su mayoría de un tal Bernie Taupin. Qué hermoso podía ser el mundo con ella dentro.

Esta noche, con un nudo en la garganta y veintipico años más, piensa: rescoldos de un tiempo pasado. Y se va a la cama, escéptico, a tratar de aliarse con el sueño para conseguir recordar su calor y las emociones de los diecisiete.